martes, 27 de marzo de 2012

CARTA A LOS GÁLATAS. POSDATA Y DESPEDIDA. 6,11-18.

                 11Fijaos qué letras tan grandes, son de mi propia mano.
                 12Esos que intentan forzaros a la circuncisión son ni más ni menos los que desean quedar bien en lo exterior; su única preocupación es que no los persigan por causa de la Cruz del Mesías, 13porque la Ley no la observan ni los mismos circuncisos; pretenden que os circuncidéis para gloriarse de que os habéis sometido a ese rito.
                14Lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme más que de la Cruz de nuestro Señor, Jesús Mesías, en la cual el mundo quedó crucificado para mí y yo para el mundo. 15¡Circuncisión o no circuncisión, qué más da! 16Lo que importa es una nueva humanidad. Paz y misericordia para todo el que sigue esta norma y para el Israel de Dios.
               17En adelante, que nadie me amargue más la vida, que yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
               18El favor de nuestro Señor, Jesús Mesías, os acompañe, hermanos, amén.

EXPLICACIÓN.

11-18.      A la carta, dictada a un amanuense, Pablo añade una posdata de su puño y letra (11). Contiene un aviso que condensa su preocupación por los gálatas de un modo mucho más directo que en la exposición anterior. Especifica quiénes son los adversarios: los que desean quedar bien en lo exterior (12); son antiguos paganos que se han sometido a la circuncisión cediendo a la insistencia de los judíos. Pretenden sólo evitarse dificultades, sin darse cuenta de las implicaciones de lo hecho. Desde el principio hay una hipocresía, pues nadie pretende seriamente observar la Ley judía; sin embargo, quieren forzar a los demás a seguir la línea judaizante, y gloriarse de ello (13).

              La cruz, expresión del amor hasta el fin, es la única gloria de Pablo; ella ha cambiado su vida, haciéndolo morir a todos los falsos valores (14). También los ritos religiosos carecen de valor. Nueva humanidad, mejor que "nueva creación", como en Rom 8,19; 2 Cor 5,17; se trata de la nueva humanidad renovada por el Espíritu (15). El Israel de Dios no parece designar a la comunidad cristiana como tal (sería la única vez en Pablo), sino a una parte de ella: a los judíos que han dado su adhesión a Jesús, Mesías crucificado; la otra parte de la comunidad está designada como todos los que siguen esta norma, los de origen pagano (16).

              Las marcas que lleva Pablo han de interpretarse mejor en sentido físico (cf. 2 Cor 11,23-27) que metafórico (14-17); hay un posible contraste con la circuncisión mencionada anteriormente; las señales de pertenecer a Jesús son las cicatrices que le ha procurado su esfuerzo por el bien de los hombres (17). Bendición final; solamente en esa carta aparece en ella el apelativo hermanos (18).

CARTA A LOS GÁLATAS. EXHORTACIÓN. SEGUIR AL ESPÍRITU. 5,25-6,10.

              25Si el Espíritu nos da vida, sigamos también los pasos del Espíritu. 26No seamos vanidosos, provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.            1Hermanos, incluso si a un individuo se le cogiera en algún desliz, vosotros, los hombres de espíritu, recuperad a ese tal con mucha suavidad; estando tú sobre aviso, no vayas a ser tentado también tú.
             2Arrimad todos el hombro a las cargad de los otros, que con eso cumpliréis la Ley del Mesías. 3Por supuesto, si da el timo. 4Cada cual examine su propia actuación, y tenga entonces motivo de satisfacción refiriéndose sólo a sí mismo, no refiriéndose al compañero, 5pues cada uno tendrá que cargar con su propio bulto.
            6Cuando uno está instruyéndose en el mensaje, comparta con el catequista todo lo que tiene.
            7No os engañéis, con Dios no se juega: lo que uno cultive eso cosechará. 8El que cultiva los bajos instintos, de ellos cosechará corrupción; el que cultiva el espíritu, del Espíritu cosechará vida definitiva. 9Por tanto, no nos cansemos de hacer el bien, que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos.
            10En una palabra: mientras tenemos ocasión, trabajemos por el bien de todos, especialmente por el de la familia de la fe.

EXPLICACIÓN.

5,25-6,10   Ejemplos concretos para ilustrar el seguimiento del Espíritu. Evitar toda rivalidad y actitud de superioridad (5,25-6,1).

                  Ayuda mutua; la ley del Mesías es la ley del Espíritu vivificante (Rom 8,2) (2). El cristiano puede constatar con gozo el propio crecimiento y asimilación a Jesús, pero nada de autocomplacencia creyéndose mejor que los demás (3-5). Compartir, forma de agradecer la instrucción que se recibe (6).

                 Tomar en serio la práctica perseverante del amor a los demás, sin ceder al egoísmo (9). Actitud permanente, procurad el bien de todos, en particular de los que profesan el mismo ideal.

CARTA A LOS GÁLATAS. V. APÉNDICE: LIBERTAD RESPONSABLE. 5,13-24.

               13A vosotros, hermanos, os han llamado a la libertad; solamente que esa libertad no dé pie a los bajos instintos. Al contrario, que el amor os tenga al servicio de los demás, 14porque la Ley entera queda cumplida con un solo mandamiento, el de "amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lv 19,18). 15Cuidado, que si os seguís mordiendo y devorando unos a otros, os vais a destrozar mutuamente.
              16Quiero decir: proceded guiados por el Espíritu y nunca cederéis a deseos rastreros. 17Mirad, los objetivos de los bajos instintos son opuestos al Espíritu y los del Espíritu a los bajos instintos, porque los dos están en conflicto. Resultado: que no podéis hacer lo que quisierais. 18En cambio, si os dejáis llevar por el Espíritu, no estáis sometidos a la Ley.
             19Las acciones que proceden de los bajos instintos son conocidas: lujuria, inmoralidad, libertinaje, 20idolatría, magia, enemistades, discordia, rivalidad, arrebatos de ira, egoísmos, partidismos, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. 21Y os prevengo, como ya os previne, que los que se dan a eso no heredarán el reino de Dios.
             22En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez, 23dominio de sí. Contra eso no hay ley que valga. 24Los que son del Mesías han crucificado sus bajos instintos con sus pasiones y deseos.

EXPLICACIÓN.

13-24.     La libertad, esencial al cristiano, no ha de servir para satisfacer el egoísmo; ha de ir guiada por el amor, que se muestra en el servicio (13). No hay que preocuparse más de observancias (la Ley): el amor lo es todo. En otras palabras: el hombre no se desarrolla según el designio de Dios por someterse a una serie de reglas; su única línea de desarrollo es la libertad e iniciativa en la práctica del amor; en eso se resumen las exigencias de la Ley misma (Lv 19,18; cf. Rom 13,8-10) (14). Preocupación por las disensiones y discordias que existen entre los gálatas (15).
               
                El Espíritu es amor y elimina la conducta egoísta (16). Incompatibilidad entre Espíritu y Ley; la vida recta se consigue sólo con la guía y fuerza del Espíritu; la observancia de la Ley es un callejón sin salida, por la violencia de los bajos instintos (17-18). Las conductas que proceden de la busca del propio interés vician las relaciones humanas (19-21). Contraste con las que proceden del impulso del Espíritu, que, por el contrario, establecen una relación humana abierta y positiva y no pueden ser impedidas por ninguna ley (22-23). La cruz de Jesús, manifestación suprema de su amor (cf. 2,20), señala la opción necesaria para los que le dan su adhesión: poner fin a todo egoísmo (24).

CARTA A LOS GÁLATAS. CONCLUSIÓN. 5,2-12.

                2Mirad lo que os digo yo, Pablo: si os dejáis circuncidar, el Mesías no os servirá ya de nada. 3Y a todo el que se circuncida le declaro de nuevo que está obligado a observar la Ley entera. 4Los que buscáis la rehabilitación por la Ley, habéis roto con el Mesías, habéis caído en desgracia.
               5Por nuestra parte, la anhelada rehabilitación la esperamos de la fe por la acción del espíritu, 6pues como cristianos da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo que vale es una fe que se traduce en amor.
               7Con lo bien que corríais, ¿quién os cortó el paso para que no siguieseis la verdad? 8Ese influjo no venía del que os llama. 9"Una pizca de levadura fermenta toda la masa". 10Respecto a vosotros yo confío en que el Señor hará que estéis en pleno acuerdo con esto, pero el que os alborota, sea quien sea, cargará con su sanción.
              11Por lo que a mí toca, hermanos, si es verdad que sigo predicando la circuncisión, ¿por qué todavía me persiguen? Ea, ya está neutralizado el escándalo de la Cruz. 12¡Ojalá se mutilasen del todo esos que os soliviantan!

EXPLICACIÓN.

2-12.        Quien busca agradar a Dios y obtener su desarrollo personal con la observancia de la Ley quedará defraudado. Volver a ella significa romper con el Mesías/Salvador, vivir en el pasado, como si la salvación no se hubiese efectuado, colocarse fuera del ámbito del amor del Padre (caído en desgracia) (2-4).

                El Espíritu/vida de Dios, don de Jesús Mesías a los que le dan su adhesión (la fe), borra el pasado del hombre, le da la condición de "hijo" (los dos aspectos de la rehabilitación) (4,5-6) y lo capacita para comenzar una vida nueva. Las antiguas diferencias religiosas han perdido su valor; lo único que cuenta es la adhesión a Jesús (fe) que se traduce en la práctica del amor con los demás (5-8).

               Algunos de fuera han perturbado la vida de la comunidad y, probablemente, han inficionado a algunos miembros de ella (7-10).

                Se difama a Pablo diciendo que también él es partidario de que los paganos adopten las costumbres judías; tal acusación es un contrasentido, como lo prueban la oposición que soporta y la controversia que aparece en esta misma carta (11). Invectiva a los adversarios; la circuncisión, rito sagrado para los judíos, que los distinguía de los paganos "impuros", es calificada por Pablo de "mutilación", quizá comparándola con la castración practicada en el país por los sacerdotes de Cibeles (12).

CARTA A LOS GÁLATAS. IV. LA LIBERTAD CRISTIANA. 4,21-5,1.

                21Vamos a ver, si queréis someteros a la Ley, ¿por qué no escucháis lo que dice la Ley? 22Porque en la Escritura se cuenta que Abrahán tuvo dos hijos; uno de la esclava y otro de la mujer libre, 23pero el de la esclava nació de modo natural, mientras el de la libre fue por una promesa de Dios.
               24Esto significa algo más: las mujeres representan dos alianzas; una, la del monte Sinaí, engendra hijos para la esclavitud: ésa es Agar 25(el nombre de Agar significa el monte Sinaí, de Arabia) y corresponde a la Jerusalén de hoy, esclava ella y sus hijos.
              26En cambio, la Jerusalén de arriba es libre y ésa es nuestra madre, 27pues dice la Escritura:

                Alégrate, la estéril que nos das a luz,
               rompe a gritar, tú que no conocías los dolores,
              porque la abandonada tiene muchos hijos,
             más que la que vive con el marido (Is 54,1).

            28Pues vosotros, hermanos, sois hijos por la promesa, como Isaac. 29Ahora bien, si entonces el que nació de modo natural perseguía al que nació por el Espíritu, lo mismo ocurre ahora. 30Pero, ¿qué añade la Escritura?: "Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no compartirá la herencia con el hijo de la libre" (Gn 21,10). 31Por tanto, hermanos, no somos hijos de esclava, sino de la mujer libre.     5          1Para que seamos libres nos liberó el Mesías; conque manteneos firmes y no os dejéis atar de nuevo al yugo de la esclavitud.

EXPLICACIÓN.

4,21-5,1.    Tomando pie de la Ley misma (el Pentateuco como narración histórica), ataca Pablo el deseo de someterse a la Ley (el código legal). Utiliza el pasaje de Gn 16-21. Los judíos se consideraban descendientes de Sara, mujer de Abrahán, y despreciaban a los ismaelitas descendientes de Agar, su esclava.

                Pablo invierte los términos: los descendientes de Agar, la esclava, son los judíos; los de Sara, la mujer libre, los cristianos. Los primeros descienden de Abrahán de modo natural; los segundos, en virtud de una promesa, cuando Abrahán y Sara eran estériles por su vejez (21-23). En las dos ciudades, la de Jerusalén de hoy o terrestre (25) y la de Jerusalén de arriba o celeste (26) ve la figura de las dos alianzas, la de la Ley (cf. 3,3: la materia) y la del Espíritu, que procede de Dios (24-27).

                La persecución del esclavo contra el libre se repite hoy (28-30). Ser cristiano significa ser libre: el yugo de la esclavitud, el de la Ley, cuyas prescripciones encierran al hombre en un marco que le impide disponer de su vida (4,31-5,1).

CARTA A LOS GÁLATAS. FRIALDAD CON PABLO. 4,12-20.

                12Poneos en mi lugar, hermanos, por favor, que yo, por mi parte, me pongo en el vuestro. En nada me habéis ofendido. 13Recordáis que la primeva vez os anuncié el evangelio con motivo de una enfermedad mía, 14pero no me despreciasteis ni me hicisteis ningún desaire, aunque mi estado físico os debió de tentar a eso; al contrario, me recibisteis como a un mensajero de Dios, como al Mesías Jesús en persona.
               15Siendo esto así, ¿dónde ha ido a parar aquella dicha vuestra? Porque hago constar en vuestro honor que, a ser posible, os habríais sacado los ojos para dármelos. 16¿Y ahora me he convertido en enemigo vuestro por ser sincero con vosotros?
               17El interés que ésos os muestran no es de buena ley; quieren aislaros para acaparar vuestro interés. 18Sería bueno, en cambio, que os interesarais por lo bueno siempre, y no sólo cuando estoy ahí con vosotros.
              19Hijos míos, otra vez me causáis dolores de parto, hasta que Cristo tome forma en vosotros. 20Quisiera estar ahora ahí y matizar el tono de mi voz, pues con vosotros no encuentro medio.

EXPLICACIÓN.

12-20.      El pasaje es oscuro. Pablo alude a hechos y circunstancias que no explicita (12-14). Constata el cambio de los gálatas respecto a él (15-16). Los previene contra los que se ganan las simpatías de la comunidad con la intención oculta de imponerle las prácticas judías (17). Reproche de inconstancia (18). Amor de Pablo a los gálatas (19-20).

CARTA A LOS GÁLATAS. III. LA SITUACIÓN EN GALACIA. VUELTA A LAS OBSERVANCIAS. 4,8-11.

                8Antes, cuando no sabíais de Dios, os hicisteis esclavos de seres que por su naturaleza no son dioses. 9Ahora que habéis reconocido a Dios, mejor dihco, que Dios os ha reconocido, ¿cómo os volvéis de nuevo a esos elementos sin eficacia ni contenido? 10¿Queréis ser sus esclavos otra vez como antes? Respetáis ciertos días, meses, estaciones y años; 11me hacéis temer que mis fatigas por vosotros hayan sido inútiles.

EXPLICACIÓN.

8-11.      De paganos, los gálatas habían estado sometidos a supersticiones que les impedían ser libres (esclavos). Querer someterse a las obligaciones de la religión judía, respetando los preceptos y observancias, es un modo de volver a la esclavitud pasada.

CARTA A LOS GÁLATAS. EL HOMBRE, MAYOR DE EDAD. 4,1-7.

           1Quiero decir: mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, pues, aunque es dueño de todo, 2lo tienen bajo tutores y curadores, hasta la fecha fijada por su padre. 3Igual nosotros, cuando éramos menores estábamos esclavizados por lo elemental del mundo.
                 4Pero cuando se cumplió el plazo envió Dios a su hijo, nacido de mujer, sometido a la Ley, 5para rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que recibiéramos la condición de hijos. 6Y la prueba de que sois hijos, es que Dios envió a vuestro interior el Espíritu de su Hijo, que grita: ¡Abba! ¡Padre! 7De modo que ya no eres esclavo, sino hijo, y si eres hijo eres también heredero, por obra de Dios.

EXPLICACIÓN.

1-7         Vuelve Pablo a la idea de la Ley-niñera, explicando que correspondía a un estadio infantil de la humanidad (1-2). Lo elemental del mundo (3), lit. "los elementos/rudimentos del mundo" (cf. 4,9; Col 2,8.20), significan para Pablo los determinismos que programan la vida del hombre y restringen o anulan su libertad, lo mismo la Ley judía que las leyes cósmicas (el destino escrito en los astros, cf. Col 2,20).

             La obra de Dios, realizada por Jesús, ha consistido precisamente en liberar al hombre de su condición infantil y darle el estado de hijo adulto; en el derecho helenístico, era el padre quien determinaba el momento de la mayoría de edad del hijo. Llegada ésta, el adulto no necesita códigos que guíen su conducta (4-5). El agente de la nueva condición es el Espíritu, la comunicación de la vida de Dios mismo, que así se manifiesta como Padre. Abba, expresión de intimidad con Dios en la nueva relación de hijos (6-7).

CARTA A LOS GÁLATAS. 3,21-29.

            21 Entonces, ¿contradice la Ley a las promesas de Dios? Nada de eso. Si se hubiera dado una Ley capaz de dar vida, la rehabilitación dependería realmente de la Ley. 22Pero no, la Ley escrita lo encerró todo en el pecado, para que lo prometido se dé por la fe en Jesús Mesías a todo el que cree.

             La ley, infancia de la humanidad.

          23Antes de que llegara la fe estábamos custodiados por la Ley, encerrados esperando a que la fe se revelase. 24Así la Ley fue nuestra niñera, hasta que llegase el Mesías y fuésemos rehabilitados por la fe.
          25En cambio, una vez llegada la fe, ya no estábamos sometidos a la niñera, 26pues por la adhesión al Mesías Jesús sois todos hijos de Dios; 27porque todos, al bautizaros vinculándoos al Mesías, os revestisteis del Mesías. 28Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra, pues vosotros hacéis todos uno, mediante el Mesías Jesús; 29y, si sois del Mesías, sois por consiguiente descendencia de Abrahán, herederos conforme a la promesa.

EXPLICACIÓN.

21-29.      La Ley se opondría a la promesa si, como ésta, hubiera dado vida (bendición), pero la Ley no tenía esa función; al contrario, su misma deficiencia la hacía provisional, en espera de la vida/rehabilitación que había de obtenerse por la adhesión al Mesías/Salvador (21-22). La Ley escrita (22), lit. "la Escritura", con referencia al código legal. Fue una especie de guardiana y niñera (en el mundo antiguo, el "pedagogo" no era un maestro, sino un esclavo que cuidaba de los niños, los llevaba y traía de la escuela) (23-24).

               La fe hace cesar el papel de la Ley (25). La vinculación y asimilación al Mesías (revestirse del Mesías) hace al hombre adulto y no necesita la Ley/niñera (26-27). En la nueva unidad pierden sentido las diferencias de raza, condición social o sexo (28). Pertenecer al Mesías implica ser incorporado a la descendencia de Abrahán y, en consecuencia, ser beneficiario de la promesa (el Espíritu) (29).

CARTA A LOS GÁLATAS. LA PROMESA NO DEPENDE DE LA LEY. 3,15-20.

                 15Hermanos, hablo desde el punto de vista humano: aunque sea de un hombre, un testamento debidamente otorgado nadie puede anularlo ni se le puede añadir una cláusula. 16Pues bien, las promesas se hicieron a Abrahán y a su descendencia; no se dice "y a los descendientes" en plural, sino en singular, "y a tu descendencia" (Gn 12,7), que es el Mesías.
                17Quiero decir esto: una herencia ya debidamente otorgada por Dios no iba a anularla una Ley que apareció cuatrocientos treinta años más tarde, dejando sin efecto la promesa; 18y en caso de que la herencia viniera en virtud de la Ley, ya no dependería de la promesa, mientras que a Abrahán Dios le dejó hecha la donación con la promesa.
               19Entonces, ¿para qué la Ley? Se añadió para denunciar los delitos, hasta que llegara el descendiente beneficiario de la promesa, y fue promulgada por ángeles, por boca de un mediador; 20pero este mediador no representa a uno solo, mientras Dios es uno solo.

EXPLICACIÓN.

15-20.      Objeción posible: no sólo es importante Abrahán, también lo es Moisés, el dador de la Ley. Pablo se apoya en hechos jurídicos conocidos de todos. A tu descendencia (Gn 12,7) era en realidad un colectivo, pero Pablo juega con la forma singular (15-16). La Ley, muy posterior a la promesa (cuatrocientos treinta años, cifra de los LXX, Éx 12,40), no puede invalidarla, pues la bendición divina no depende de ella, sino de la promesa anterior (17-18); la Ley tuvo una función secundaria (se añadió), denunciar el pecado, pero no tenía vigencia perpetua (19). Inferioridad de la Ley (promulgada por ángeles, cf. Hch 7,38.53; Heb 2,2) respecto a la promesa (hecha por Dios). De hecho, Moisés fue mediador entre ángeles (muchos) y el pueblo, no entre Dios (uno solo) y el pueblo (20).

CARTA A LOS GÁLATAS. ABRAHÁN REHABILITADO POR LA FE. 3,6-14.

             6Dado que Abrahán, "se fió de Dios y eso le valió la rehabilitación" (Gn 15,6), 7sabed de una vez que hijos de Abrahán son únicamente los hombres de fe. 8Además, la Escritura, previendo que Dios rehabilitaría a los paganos por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia: "Por ti serán benditas todas las naciones" (Gn 12,3). 9Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán el creyente.
            10Mirad: los que se apoyan en la observancia de la Ley llevan encima una maldición, porque dice la Escritura: "Maldito el que no se atiene a todo lo escrito en el libro de la Ley y lo cumple" (Dt 27,26). 11Y que por la Ley nadie se rehabilita ante Dios es evidente, pues "vivirá el que se rehabilita por la fe" (Hab 2,4), 12y la Ley no alega la fe, sino que dice: "El que cumple sus preceptos, vivirá por ellos" (Lv 18,5).
           13El Mesías nos rescató de la maldición de la Ley, haciéndose por nosotros un maldito, pues dice la Escritura: "Maldito todo el que cuelga de un palo" (Dt 21,23); 14y esto para que por medio del Mesías, Jesús, la bendición de Abrahán alcanzase a los paganos y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido.

EXPLICACIÓN.

6-14.     Es la fe, no la observancia de la Ley, la que hace hijos de Abrahán y miembros del verdadero Israel. Hijo significaba, más que la descendencia carnal, la identidad de conducta con el llamado "padre" (6). Sin duda, los adversarios de Pablo se gloriaban de su descendencia de Abrahán y exigían la circuncisión para incorporarse al pueblo de la promesa. Pablo afirma que sólo una fe como la de Abrahán (Gn 15,6) hace hijos suyos (cf. Rom 4) (7). Cesa toda superioridad basada en la raza. La extensión de la salvación a los paganos estaba prevista; lo prueba Pablo citando Gn 18,18 (cambiando "tribus" por "naciones") (8-9).

             La Ley no es sólo incompatible con la fe en el Mesías, sino que lleva a la ruina, pues impone penas severísimas a quien no la observa (Dt 27,26) y, por otra parte, es imposible observarla (10). Además, es incapaz de salvar, pues el hombre se rehabilita únicamente por la fe (Hab 2,4) y la Ley no pone esa condición (Lv 18,5) (11-12).

             El resultado de una Ley obligatoria, pero imposible de cumplir, era la maldición. El Mesías rompió el círculo de la maldición. Su resurrección demostró que aquel que la Ley llamaba maldito (Dt 21,23) era en realidad el Hijo de Dios. La Ley queda así anulada y la bendición de Abrahán (= la promesa, el Espíritu) puede extenderse a los que no tienen esa Ley, mediante la adhesión a Jesús (por la fe). Cesa la discriminación entre los pueblos (13-14).

CARTA A LOS GÁLATAS. II. EXPOSICIÓN: DIOS REHABILITA AL HOMBRE POR LA FE, NO POR LA OBSERVANCIA DE LA LEY. 3,1-5.

3            1¡Gálatas estúpidos! ¿Quién os ha embrujado? ¡Después que ante vuestros ojos presentaron a Jesús Mesías en la cruz! 2Contestadme sólo a esto: ¿recibisteis el Espíritu por haber observado la Ley o por haber escuchado con fe? 3¿Tan estúpidos sois? ¿Empezasteis por el espíritu para terminar ahora con la materia? 4¡Tan magníficas experiencias en vano!, suponiendo que hayan sido en vano. 5Vamos a ver: cuando Dios os comunica el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿lo hace porque observáis la Ley o porque escucháis con fe?

EXPLICACIÓN.

1-5.         Se dirige ahora a los gálatas. Embrujado (1), impresión que da su proceder irracional e incomprensible. Jesús Mesías en la cruz, condenado y ejecutado como un criminal por instigación de los dirigentes judíos, los defensores de la Ley (1). Apela a la experiencia del Espíritu que no ha obtenido por prácticas religiosas, sino por la adhesión a Jesús (2). La materia (3), los ritos materiales judíos, como la circuncisión; han pasado de la experiencia interior, fruto de una opción,  a la superstición de creer en la eficacia de ritos externos. Decepción de Pablo (4). Vuelve a apelar a la experiencia del Espíritu, que no les ha sido dado por la observancia de preceptos o mandamientos, sino por haber hecho suyo el mensaje de Jesús (5).

CARTA A LOS GÁLATAS. INCIDENTE CON PEDRO. 2,11-21.

    11Pero cuando Pedro fue a Antioquía tuve que encararme con él, porque se había hecho culpable. 12Antes que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los paganos; pero llegados aquéllos empezó a retraerse y ponerse aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión.
                    13Los demás judíos se asociaron a su ficción y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar con ellos a aquella farsa. 14Ahora que cuando yo vi que no andaban a derechas con la verdad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos:
                   -Si tú, siendo judío, estás viviendo como un pagano y en nada como un judío, ¿cómo intentas forzar a los paganos a las prácticas judías? 15Nosotros éramos judíos de nacimiento, no de esos paganos pecadores, 16pero comprendimos que ningún hombre es rehabilitado por observar la Ley, sino por la fe en Jesús Mesías. Por eso también nosotros hemos creído en el Mesías Jesús, para ser rehabilitados por la fe en el Mesías y no por observar la Ley, pues por observar la Ley "no será rehabilitado ningún mortal" (Sal 143,2 LXX). 17Ahora, si por buscar la rehabilitación por medio del Mesías hemos resultado también nosotros unos pecadores, ¿qué?, ¿está el Mesías al servicio del pecado? -¡Ni pensarlo!-, 18porque si uno construye de nuevo lo que demolió una vez, demuestra uno mismo haber sido culpable.
                  19Lo que es yo, estando bajo la Ley morí para la Ley, con el fin de vivir para Dios. Con el Mesías quedé crucificado y ya no vivo yo, vive en mí Cristo, 20y mi vivir humano de ahora es un vivir de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. 21Yo no inutilizo el favor de Dios; y si la rehabilitación se consiguiera con la Ley, entonces en balde murió el Mesías.

EXPLICACIÓN.

11-21.         Pablo confirma su tesis relatando un encuentro que tuvo con Pedro en Antioquía (1). Si alguien falla en la comprensión del evangelio, no es Pablo, sino los de Jerusalén. Pedro, al llegar a Antioquía, entra en plena comunión con todos los miembros de la comunidad; se sienta a la mesa con los paganos, actuando como quien está libre de las prescripciones de la Ley judía. Al llegar emisarios de Santiago, cambia la actitud de Pedro (12); por su culpa, se crea división en la comunidad; los de origen pagano, que no se atienen a las prescripciones religiosas judías, aparecen como cristianos de segundo rango. Los partidarios de la circuncisión son los emisarios de Santiago, que exigen a los paganos la circuncisión y la observancia de la Ley.

                   Retroceso respecto a la entrevista de Jerusalén. Ascendiente de Santiago sobre Pedro. Éste quiere complacer a hombres (cf. 1,10). Lo mismo Bernabé (13). Interviene Pablo. Valoración negativa de la conducta de Pedro y los otros. Reproche público de ofensa pública. Denuncia de la hipocresía (14). Pecadores, "descreídos". Inutilidad de la Ley para la salvación; fe común de Pedro y de Pablo; sólo la adhesión (la fe) a Jesús como Salvador (Mesías) libera de los pecados y crea la nueva relación del hombre con Dios (15-16). La vuelta atrás significaría que Jesús, el Mesías, los ha engañado, que, en vez de salvar (unir a Dios y así rehabilitar al hombre), hacía pecar (separaba de Dios, dejando al hombre en su miseria) (17-18).

                Cuando era judío, Pablo vivía para la Ley, pues ésta concentra la atención del hombre en la observancia de sus preceptos; es ahora cuando, libre de la Ley, vive para Dios. Está identificado con la muerte de Jesús y la adhesión a él en su vida. Decisión irreversible (19-21).                

lunes, 26 de marzo de 2012

CARTA A LOS GÁLATAS. SEGUNDA VISITA A JERUSALÉN. 2,1-10.

2                1Después, a los catorce años, subí de nuevo a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevándome también a Tito. 2Subí por una revelación  les expuse la buena noticia que pregono a los paganos, pero en particular, a "los respetados", para evitar que mis afanes de ahora o de entonces resulten inútiles. 3Y así fue; ni siquiera obligaron a circuncidarse a mi acompañante, Tito, aunque era griego.
                    4Se debía a la cosa a aquellos intrusos, a aquellos falsos hermanos que se infiltraron par acechar nuestra libertad -esa que tenemos gracias al Mesías Jesús-, con intención de esclavizarnos. 5Ante aquéllos ni por un momento cedimos dejándonos avasallar, para que la verdad de la buena noticia siguiera con nosotros.
                   6Pues bien, por parte de los respetados por ser algo (lo que fueran o dejaran de ser no me interesa nada, Dios no mira lo exterior del hombre); a mí, como decía, "los respetados" no tuvieron nada que añadirme, 7todo lo contrario: viendo que se me ha confiado anunciar la buena noticia a los paganos (como a Pedro a los judíos, 8pues aquel que capacitó a Pedro para la misión de los judíos me capacitó también a mí para los paganos) 9y reconociendo el don que he recibido, Santiago, Pedro y Juan, los respetados como pilares, nos dieron la mano a mí y a Bernabé en señal de solidaridad, de acuerdo en que nosotros nos dedicáramos a los paganos y ellos a los judíos. 10Sólo nos pidieron que nos acordásemos de los pobres de allí, y eso en concreto lo tomé muy a pecho.

EXPLICACIÓN.

1-10.         La visita a Jerusalén descrita en esta perícopa se identifica probablemente por su temática con la mencionada en Hch 15, aunque hay serias dificultades para ello. En primer lugar, la mención de otra visita anterior en Hch 11,30 y 12,25 (años 46/48) y, en segundo lugar, la colocación del incidente de Antioquía (2,11ss) después del concilio de Jerusalén, hacen que armonizar los datos de Lucas con los de Pablo sea prácticamente imposible.

                 Intervalo de catorce años a partir de la primera visita o, quizá, a partir de su conversión. Esta vez Pablo no va solo a Jerusalén, sino en grupo (Bernabé, Tito); no va a tratar asuntos personales. Tito, colaborador de Pablo (cf. 2 Cor 8,23) (1). El primer viaje lo hizo por propia iniciativa (1,18s); éste, en cambio, empujado por una revelación divina; ésta le avisaba del peligro que corría la misión entre los paganos y Pablo quiso evitarlo a tiempo. Primera mención de una dificultad que afecte a su misión. La solución a la dificultad podría encontrarse en el diálogo con las figuras destacadas de la comunidad de Jerusalén. Pablo expone su evangelio (la buena noticia que pregono), que sin duda, encontraba ya oposición por parte de algunos. De hecho, Pablo no exigía a los paganos la circuncisión (3), que sometía a la Ley (cf. 5,2) (2).

                Se deduce que los adversarios la exigían y, con ella, la observancia de la Ley. Los prohombres de Jerusalén aceptan la postura de Pablo y no obligan a Tito a circuncidarse (3). Para Pablo, el hecho de que Israel haya rechazado y condenado al Mesías ha puesto fin a su privilegio como pueblo escogido y a toda mediación de Israel en la salvación de la humanidad. El Mesías pertenece tan directamente a los paganos como a los judíos, y no se requiere abrazar el judaísmo para gozar de los bienes de la era mesiánica.

               El conflicto se había suscrito en torno a la libertad respecto a la Ley. Algunos falsos hermanos, creyentes procedentes del judaísmo, se oponían. Usaban como táctica infiltrarse en las comunidades de origen pagano y perturbarlas proponiendo la doctrina de la necesidad de hacerse judío para alcanzar la salvación. Peligro para la misión: difícilmente habrían aceptado los paganos el cristianismo si requería adoptar los usos y religión judía (4). Pablo se muestra totalmente intransigente. La misma ofensiva se está verificando en las comunidades de Galacia (5).


              Los prohombres de Jerusalén no ponen objeción a Pablo, es más, reconocen la autenticidad de su llamamiento y enseñanza, viendo en ellos el designio y la acción de Dios (6-8). Indiferencia de Pablo ante los títulos honoríficos o los rangos (6: los respetados por ser algo). Se convierten en aliados de Pablo. La común profesión de principios lleva a afirmar la unión y solidaridad entre la comunidad de origen judío y la de origen pagano. Se decide al mismo tiempo la división del campo de misión (9). Se les pide una expresión de solidaridad (10). Queda en pie una cuestión: los cristianos de origen judío, ¿están obligados a la observancia de la Ley? La neta división de los campos de actividad, ¿no comportaba una diversidad en la predicación? La comunidad de Jerusalén sigue cerrada en sí misma (6-10).

CARTA A LOS GÁLATAS. PRIMERA VISITA A JERUSALÉN. 1,18-24.

 18Después, tres años más tarde, subí a Jerusalén para conocer a Pedro y me quedé quince días con él. 19No vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. 20Y en esto que os escribo Dios me es testigo de que no miento. 21Fui después a Siria y Cilicia. En cambio, 22las comunidades cristianas de Judea no me conocían personalmente; 23nada más oían decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, 24y alababan a Dios por causa mía.

EXPLICACIÓN.

18-24.    Su visita a Jerusalén tres años después fue de cortesía o amistad hacia Pedro, no para aprender de los Doce (18-20). Durante sus años de trabajo no tuvo contacto con Judea, donde residían éstos, aunque su conversión y su actividad eran conocidas allí y juzgadas favorablemente (21-24). Pablo no es discípulo de hombres. Con esto prueba su tesis (1,12).            

CARTA A LOS GÁLATAS. I. REIVINDICA SU TÍTULO DE APÓSTOL Y SU DOCTRINA.

 11Os advierto además, hermanos, que la buena noticia que yo os anuncié no es invento humano; 12porque tampoco a mí me la ha transmitido ni enseñado ningún hombre, sino una revelación de Jesús como Mesías.
             13Sin duda habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo; con qué saña perseguía yo a la Iglesia de Dios tratando de destruirla 14y hacía carrera en el judaísmo más que muchos compatriotas de mi generación,  por ser mucho más fanático de mis tradiciones ancestrales.
            15Y cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó 16revelarme a su Hijo para que yo lo anunciara a los paganos, no consulté con nadie de carne y hueso ni tampoco 17subí a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, sino que inmediatamente salí para Arabia, de donde volví otra vez a Damasco.

EXPLICACIÓN.

11-17.     El evangelio que predica procede de una intervención divina en su vida; por ella descubrió que Jesús era el cumplimiento de las promesas hechas a Israel y el fundador del Israel definitivo (como Mesías) (11-12). El tiempo que vivió en el judaísmo no fue una preparación al cristianismo; no hubo ningún acercamiento gradual ni simpatía; todo lo contrario, saña, efecto de su fanatismo (13-14). Su conversión no tuvo relación alguna con los Doce. Recibida la revelación y misión divinas (cf. Is 49,1;Jr 1,5), no necesito de nadie que le enseñara ni explicara el evangelio (15-17).             

CARTA A LOS GÁLATAS. EXORDIO: NO HAY MÁS QUE UN EVANGELIO. 1,6-10.

       6Me extraña que tan de prisa dejéis al que os llamó al favor que obtuvo el Mesías para pasaros a una buena noticia diferente, 7que no es tal cosa, sino que hay algunos que os alborotan tratando de darle la vuelta a la buena noticia del Mesías.
              8Pues mirad, incluso si nosotros mismos o un ángel bajado del cielo os anunciara una buena noticia distinta de la que os hemos anunciado, ¡fuera con él! 9Lo que os tenía dicho os lo repito ahora: si alguien os anuncia una buena noticia distinta de la que recibisteis, ¡fuera con él!
             10Qué, ¿trato ahora de congraciarme con los hombres o con Dios?, o ¿busco yo contentar a hombres? Si todavía trata de contentar a hombres, no podría estar al servicio de Cristo.

EXPLICACIÓN.

6-10.       Este exordio ex abrupto lo es al mismo tiempo de la primera parte (1,6-2,21) y de todo el cuerpo de la carta (1,6-5,12). Situación conflictiva. Hay una buena noticia del Mesías (sobre su persona y obra) (7), que Pablo anuncia, cuyos destinatarios han sido y son los gálatas (9). Por otra parte, han surgido adversarios que, proponiendo una noticia diferente (6), han logrado separar a los gálatas del evangelio predicado que predica Pablo y de Pablo mismo. Él predica la buena noticia de la gracia/favor que Dios concede (el Espíritu) mediante la obra salvadora de Jesús, el Mesías. Seguridad de Pablo: ¡fuera con él!, gr. anathema; la vuelta a las observancias judías despoja de la condición de cristiano. Sus adversarios intentan desacreditar a Pablo diciendo que no es apóstol, es decir, que no tiene encargo divino; consecuencia: lo que predica (la no vigencia de la Ley de Moisés) no es "el evangelio", sino un invento humano, un no-evangelio. Pablo rechaza la acusación implícita de acomodar su predicación a los gustos de los oyentes (10).        

CARTA A LOS GÁLATAS. 1,1-5.

1            1Pablo, apóstol no por nombramiento ni intervención humana, sino por intervención de Jesús el Mesías y de Dios Padre, que lo resucitó de la muerte.
                2Yo y todos los hermanos que están conmigo, a las comunidades de Galacia: 3Os deseamos el favor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús Mesías, 4que se entregó por nuestros pecados para librarnos de este perverso mundo presente, conforme al designio de Dios nuestro Padre. 5A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

EXPLICACIÓN.


1-5.         Mención de remitentes y destinatarios (1-2) y saludo inicial de la carta (3), todo cerrado por una doxología (5). Al mismo tiempo, desarrollos colaterales (1.4) que sintetizan el designio de Dios, dando la pauta para lo que sigue. El designio de Dios consiste en liberar a los hombres de la sociedad injusta (4.: este perverso mundo presente); la liberación se efectuará por un cambio de valores, dando la adhesión a Jesús, y el don del Espíritu (cf. 3,1-5). Ejecutor del designio: Jesús Mesías, muriendo voluntariamente para eliminar las injusticias (nuestros pecados) (4). Anunciador: Pablo, constituido apóstol (enviado) por Dios Padre y por Jesús Mesías/Salvador, no por hombres (1). Beneficiarios los cristianos y aquí, en particular, las comunidades de Galacia (2,3). Efectos: la experiencia del amor de Dios (3: el favor), que se traduce en la buena relación entre los hombres (paz).

CARTA A LOS GÁLATAS. DIVISIÓN.

         Exordio (1,1-10).

      I. Reivindica su título de apóstol y su doctrina (1,11-2,21).

     II. Exposición: Dios rehabilita al hombre por la fe, no por la observancia de la Ley (3,1-4,7).

    III. La situación en Galacia (4,8-20).

    IV. La libertad cristiana (4,21-6,10).

         Posdata y despedida (6,11-18).

CARTA A LOS GÁLATAS. CONTENIDO DE LA CARTA.

 La carta a los Gálatas contiene una violenta reivindicación del apostolado de Pablo y de su doctrina, seguida de una reafirmación del evangelio como contradistinto de la Ley y de la espiritualidad legalista.

           Desde la primera frase afirma categóricamente su calidad de apóstol (1,1) y en la introducción constata indignado el cambio operado en los gálatas: han vuelto la espalda al único evangelio. Para Pablo, sostener la necesidad de las observancias no es una interpretación posible del evangelio del Mesías, sino una negación (1,6).

           En la primera parte (1,11-2,21) muestra Pablo la genuinidad de su vocación de apóstol, que no fue fruto de catequesis ni de enseñanza, sino de una intervención de Dios en su vida cuando estaba en el ápice de su saña contra los cristianos (1,11-16; Hch 9,1-9; 22,6-11; 26,12-18).

           En la segunda (3,1-4,7) explica el contenido esencial del evangelio: que la rehabilitación del hombre ante Dios se alcanza por la entrega personal a Cristo que es la fe, no por la obediencia a un código. Apela a la propia experiencia de los gálatas (3,2-6) y expone el principio a partir del Antiguo Testamento, cuyo centro no es la Ley, sino la promesa hecha a Abrahán (3,7-14); la Ley fue un expediente transitorio (3,15-19a) y su carácter divino era relativo (3,19b-20). Con la fe, llega el hombre a la mayoría de edad, libre de la opresión de la Ley, para responder a Dios espontáneamente, como un hijo (3,21-4,7). La etapa de la Ley era infantil y, en el fondo, una esclavitud a los determinismos del mundo (4,3).

          La tercera parte (4,8-20) declara la preocupación por la situación en Galacia, y la obra insidiosa de sus detractores.

          En la cuarta (4,21-6,10) prueba por la Escritura la libertad a que Dios llama al hombre y que Cristo hace posible (4,21-5,1), mostrando la incompatibilidad radical entre la libertad cristiana y la observancia legalista enseñando el modo de usar esa libertad bajo la guía del Espíritu de Dios (5,2-6,10).

          En la posdata denuncia Pablo la "hipocresía oficial" de los que exigen la profesión pública de unos principios que aseguren la patente de ortodoxia, pero que en realidad nadie observa (6,12-13), y pone su orgullo en la ruptura sin compromisos con la maldad del mundo y con la opresión de la Ley, ruptura simbolizada por la Cruz de Cristo (6,14-15; 1,4).

         Es la única carta de Pablo que no comienza por una bendición o acción de gracias a Dios (Rom 1,8-10; 1 Cor 4,9; 2 Cor 1,3-7;Fp 1,3-11; Col 1,3-8; 1 Tes 1,2-10; Flm 4-7), hecho revelador de la indignación que sentía.

         La carta a los Gálatas es el manifiesto de la libertad cristiana, de ahí su importancia para toda época. Pablo enseña que el crecimiento personal al que Dios llama al hombre no se obtiene por la fidelidad meticulosa a un código de leyes o reglas, sino por el uso responsable de la libertad. La Ley, social por naturaleza, no tiene en cuenta lo peculiar de cada individuo ni lo estimula a desarrollarlo; regimenta al hombre, lo masifica. La relación creadora del hombre no se establece con un código, sino con Cristo, presente en lo profundo del ser (2,20).

          Pablo reduce la Ley, siempre impersonal, a un caso particular del influjo de las leyes ciegas o determinismos de la naturaleza (4,3), incapaces de llevar al hombre a su plenitud (4,9;Col 2,8.18).

          Su doctrina de la de la libertad responsable, fruto del Espíritu. La libertad de toda coacción, de toda atadura de preceptos, la obtuvo Jesús para el hombre (5,1); la responsabilidad (en lenguaje teológico, amor a sí mismo y a los demás; 5,14) se identifica con el interés activo por la libertad y el crecimiento humano y cristiano propio y del prójimo. Ésta es la norma y la guía de la libertad (5,12); no es un código escrito, sino el diálogo con el Espíritu de Dios: la iniciativa, la creatividad propias del amor fraterno son opuestas a la uniformidad y extrinsecismo de la Ley (5,18); y cualquier ley pierde su validez si sofoca la conducta guiada por el Espíritu (5,23). La Ley es negativa, pretende evitar errores; pero producir vida no es equivalente de evitar la muerte, y es privilegio del Espíritu de Dios.

         El mensaje de la carta es perenne: también la fe cristiana está siempre en peligro de reducirse a una religiosidad segura y esclavizada, cercada de leyes y observancias que impiden la atención a la llamada del Espíritu (5,25).        

CARTA A LOS GÁLATAS. DESTINATARIOS.

              Los Gálatas de tiempo de Pablo descendían de unas tribus celtas (gálata = celta) instaladas en Asia Menor hacia el 280 antes de Cristo. La provincia romana de Galacia incluía también, sin embargo, los territorios de Pisidia, Licaonia y Panfilia, al sur de la antigua Galacia. La carta parece dirigirse a los gálatas propiamente dichos, es decir, a varias comunidades innominadas de la Galacia del norte (1; 2; 1 Cor 16,1; 1 Pe 1,1).

          Las comunidades estaban formadas por cristianos de origen pagano, y habían sido fundadas y visitadas por Pablo (4,13; Hch 16,6; 18,23). Los gálatas vacilaban ante la propaganda de los enemigos de Pablo, pero no habían cedido completamente a ella (4,10; 5,2; 6,12). Sin embargo, su frialdad hacia Pablo era visible (4,16-18).

viernes, 23 de marzo de 2012

CARTA A LOS GÁLATAS. INTRODUCCIÓN. OCASIÓN DE LA CARTA.

               Después de su tercer viaje misionero (Hch 18,23), encontrándose Pablo en Éfeso (Hch 19,10) es cuando, con toda probabilidad, tiene noticias de una ofensiva personal contra él y su doctrina en las comunidades de Galacia del norte. Algunos judeocreyentes provenientes de Jerusalén, o que, al menos, seguían las tendencias de ciertos círculos jerosolimitanos (Hch 15,1), querían imponer a los gálatas la circuncisión y la observancia de la Ley mosaica como requisito para salvarse. Para ello denigraban a Pablo, negándole el título de apóstol por no pertenecer al grupo de los Doce, y aseverando que la doctrina sobre la caducidad de la Ley era invención suya y no correspondía a lo que se pensaba en los altos círculos de Jerusalén.

             Para impugnar la doctrina de Pablo usaban el Antiguo Testamento interpretado al modo fariseo, insistiendo sobre el origen divino de la Ley (3,19-20) y considerando a ésta condición para beneficiar de la promesa hecha a Abrahán (3,15-20). Estimaban además que la enseñanza de Pablo sobre la abolición de la Ley era una concesión al gusto de los hombres (1,10) y llevaba inexorablemente al inmoralismo (5,13-14). Por otra parte, afirmaban que, después de todo, Pablo mismo predicaba la circuncisión (5,11), aludiendo quizá a la de Timoteo (Hch 16,3), siendo así que Pablo, en contra de lo que se achacaba (Hch 21,21), no se oponía a que los judíos siguieran con sus costumbres, con tal de que no se impusieran a los paganos ni se considerasen como necesarias (5,6).

             La fecha del escrito ha de colocarse, pues, entre los años 54 y 57, más probablemente al final de este período, dada su afinidad con la carta a los Romanos, escrita el año 57-58. Nadie duda de su autenticidad.