martes, 27 de marzo de 2012

CARTA A LOS GÁLATAS. CONCLUSIÓN. 5,2-12.

                2Mirad lo que os digo yo, Pablo: si os dejáis circuncidar, el Mesías no os servirá ya de nada. 3Y a todo el que se circuncida le declaro de nuevo que está obligado a observar la Ley entera. 4Los que buscáis la rehabilitación por la Ley, habéis roto con el Mesías, habéis caído en desgracia.
               5Por nuestra parte, la anhelada rehabilitación la esperamos de la fe por la acción del espíritu, 6pues como cristianos da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo que vale es una fe que se traduce en amor.
               7Con lo bien que corríais, ¿quién os cortó el paso para que no siguieseis la verdad? 8Ese influjo no venía del que os llama. 9"Una pizca de levadura fermenta toda la masa". 10Respecto a vosotros yo confío en que el Señor hará que estéis en pleno acuerdo con esto, pero el que os alborota, sea quien sea, cargará con su sanción.
              11Por lo que a mí toca, hermanos, si es verdad que sigo predicando la circuncisión, ¿por qué todavía me persiguen? Ea, ya está neutralizado el escándalo de la Cruz. 12¡Ojalá se mutilasen del todo esos que os soliviantan!

EXPLICACIÓN.

2-12.        Quien busca agradar a Dios y obtener su desarrollo personal con la observancia de la Ley quedará defraudado. Volver a ella significa romper con el Mesías/Salvador, vivir en el pasado, como si la salvación no se hubiese efectuado, colocarse fuera del ámbito del amor del Padre (caído en desgracia) (2-4).

                El Espíritu/vida de Dios, don de Jesús Mesías a los que le dan su adhesión (la fe), borra el pasado del hombre, le da la condición de "hijo" (los dos aspectos de la rehabilitación) (4,5-6) y lo capacita para comenzar una vida nueva. Las antiguas diferencias religiosas han perdido su valor; lo único que cuenta es la adhesión a Jesús (fe) que se traduce en la práctica del amor con los demás (5-8).

               Algunos de fuera han perturbado la vida de la comunidad y, probablemente, han inficionado a algunos miembros de ella (7-10).

                Se difama a Pablo diciendo que también él es partidario de que los paganos adopten las costumbres judías; tal acusación es un contrasentido, como lo prueban la oposición que soporta y la controversia que aparece en esta misma carta (11). Invectiva a los adversarios; la circuncisión, rito sagrado para los judíos, que los distinguía de los paganos "impuros", es calificada por Pablo de "mutilación", quizá comparándola con la castración practicada en el país por los sacerdotes de Cibeles (12).

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