11Os advierto además,
hermanos, que la buena noticia que yo os anuncié no es invento humano; 12porque
tampoco a mí me la ha transmitido ni enseñado ningún hombre, sino una
revelación de Jesús como Mesías.
13Sin duda habéis oído hablar de
mi conducta pasada en el judaísmo; con qué saña perseguía yo a la Iglesia de Dios
tratando de destruirla 14y hacía carrera en el judaísmo más que muchos
compatriotas de mi generación, por ser
mucho más fanático de mis tradiciones ancestrales.
15Y cuando aquel que me escogió
desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó 16revelarme a su Hijo
para que yo lo anunciara a los paganos, no consulté con nadie de carne y hueso
ni tampoco 17subí a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, sino
que inmediatamente salí para Arabia, de donde volví otra vez a Damasco.
EXPLICACIÓN.
11-17. El
evangelio que predica procede de una intervención divina en su vida; por ella
descubrió que Jesús era el cumplimiento de las promesas hechas a Israel y el
fundador del Israel definitivo (como Mesías) (11-12). El tiempo que vivió en el
judaísmo no fue una preparación al cristianismo; no hubo ningún acercamiento
gradual ni simpatía; todo lo contrario, saña, efecto de su fanatismo (13-14).
Su conversión no tuvo relación alguna con los Doce. Recibida la revelación y
misión divinas (cf. Is 49,1;Jr 1,5), no necesito de nadie que le enseñara ni
explicara el evangelio (15-17).
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